Una propuesta multimedia

El juego de las imágenes se hace fundamental en este proyecto. No como capricho o moda sino como evolución del propio proceso proyectual.

En este viaje a través de la memoria las imágenes cobran un gran valor. Por un lado como traducción inmediata del pasado: proyectando imágenes del claustro el viaje a ese otro lugar es inmediato. Lugar que puede pertenecer al pasado, o bien a la imaginación en sí, ser una ficción o un deseo. Por otro, como medio para adentrarnos en ese mundo interior cargado de imágenes que en algún momento fueron realidad y ficciones que cobran un valor mayor que la propia realidad.

El fotógrafo reinterpreta la realidad, trasgiversandola a su antojo. Imágenes de lo que fue, creación de nuevos mundos, reinterpretación de la realidad para mostrar otras visiones que permanecen escondidas…

Se puede experimentar con la dualidad realidad-virtual, en cuanto a tangible e intangible, en ese momento en que lo virtual se hace real, en el que ya no se sabe si lo que se esta viendo existe o no…

Así se investiga sobre las distintas posibilidades de la imagen, para evocar otras texturas, se puede proyectar sobre el cuerpo de la bailarina retomando la tensión entre piel y piedra desgarradora que encontramos en el claustro, o sobre su propio vestuario, sobre un elemento ajeno, formando parte de los elementos que conforman la escena (silla, arena…). También como elemento descontextualizados, apareciendo en escena una bailarina real que se mueve con los mismos movimientos que la bailarina virtual en otro lugar, con otra luz y otro vestuario. Se puede producir perdidas de referencia, o deformar el propio espacio a través de la proyección de imágenes, interactuando con el haz de luz original…

Llevando al extremo el juego de la percepción se puede plantear una proyección en pantalla de imágenes realizadas por el fotógrafo de lo que esta aconteciendo en escena. Una visión particularizada superpuesta a la percepción del espectador.

Elena Pérez Garrigues

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